viernes, 23 de septiembre de 2011

Después de la tormenta,siempre llega la calma.

Ninguno hace caso del agua que va después de la lluvia cuando vuelve el sol. Poco importa si, sobre esa agua, hay lágrimas después de haber llorado, por amor, por dolor. El agua se evapora, vuelve al aire y a nuestros pulmones, respirando el aire que sentimos en la cara. Y las lágrimas vuelven a entrar en nosotros, como las cosas que hemos perdido; pero nada se pierde en realidad. Cada segundo que pasa, cada luna que surge, no hacen más que decirnos: vive! Vive y ama lo que tú eres, como tu seas, por lo que seas. Mira en lo alto hacia el cielo, cierra los ojos y no te canses nunca de soñar

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