Hay veces, muchas veces, cantidad de ellas en las que nos arrepentimos por haber tomado una decisión de ir a un lugar, que la verdad no es que haya sido una mala decisión, ni mucho menos, tan sólo poco oportuna, para que siempre hayas podido estar ahí y justo en ese preciso instante no lo hayas estado y por ello arrepentirte de algo en lo que a lo único que se puede culpar es al azar y a la probabilidad.
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