-Fue un beso muy leve, sus labios contra los míos y las manos entrelazadas en mi cintura. Luego, primero con timidez, con abierta osadía más tarde, las lenguas cruzaron la frontera de los dientes, y yo le estreché entre mis brazos, y él me acarició la espalda; y yo acaricié la íntima calidez de su piel.
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